Quimioterapia y bienestar

Todos tenemos a una madre, hermana, vecina o conocemos a alguien que ha tenido que pasar por el tratamiento quimioterapéutico, pero no sabemos las emociones que nos hace experimentar hasta que lo vivimos desde dentro.

Aceptación

Para poder afrontar cualquier situación podemos preguntarnos qué es lo que necesitamos. Es decir, “¿qué necesito yo para…?”.

Es cierto que teníamos muchos planes en mente y no contábamos con padecer una enfermedad, pero un posible planteamiento podría ser “¿qué puedo hacer yo para superarla?” “Podría comenzar el tratamiento”.

Por otro lado, la situación ya de por sí es difícil, así que otros posibles ejemplos pueden ser “¿qué puedo hacer yo para ponerme las cosas más fáciles?” “Podría regular mis emociones”. “¿Y qué puedo hacer yo para regular mis emociones y mantener mi calidad de vida, así como sentirme satisfecha?” “Podría empezar a hacer Mindfulness”.

La importancia del Mindfulness

Asimismo, para poder sobrellevar todo este proceso de cambios físicos y emocionales, recomiendo que os iniciéis en el fantástico mundo del Mindfulness. El Mindfulness consiste en estar consciente plenamente en todo lo que realizamos, sin juzgarnos. Podemos focalizar la atención en cualquier cosa, ya sea mientras nos lavamos el cuero cabelludo, respiramos o damos un paseo, siendo conscientes de nuestra postura corporal o de los sonidos de la calle.

Metáfora de la maratón

La quimioterapia es como una maratón, donde la meta es vencer a la enfermedad que estamos padeciendo. Habrá momentos más difíciles, y quizás quieras desistir porque el tratamiento te parezca peor que la propia enfermedad, pero un día pasará y podremos decir que la carrera fue dura, pero que al final conseguimos llegar a la meta. Y durante todo ese recorrido siempre estuvieron las personas que nos importan apoyándonos y dándonos ánimos para soportarlo.

¿Cómo lidiar con las emociones?

Antes de empezar el tratamiento es necesario que nos preparemos emocionalmente para poder afrontar este duro proceso. Para ello, es importante comprender qué efectos secundarios va a tener en nosotros, y principalmente, si se nos va a caer el cabello. Solo de esta manera podremos hacernos una idea más real sobre lo que esperar.

Quizás la caída del cabello, que suele aparecer en el segundo ciclo, sea una de las emociones más difíciles de afrontar. Para adelantarnos a que esos primeros mechones, que se nos caen al peinarnos, nos produzcan unas lágrimas inevitables, sería recomendable que nos rapemos el cabello antes de que esto suceda. De esta manera, evitaremos pasarlo mal por algo que tarde o temprano llegará. Además, cuanto antes aceptemos nuestra nueva imagen, antes podremos crear nuestra nueva identidad.

He decidido despedirme del cabello. ¿Y ahora qué?

Antes de raparte el cabello podrías elegir el complemento que llevarás, que puede ser una peluca o un pañuelo. Desde mi opinión, la mejor opción es decantarse por un pañuelo, ya que el cuero cabelludo estará muy sensible durante el tratamiento y la sensación del pañuelo será más agradable. Además, son más baratos y versátiles. Puedes adquirirlos en varios colores y ponértelos de varias maneras. Mi consejo es que evites los tonos pastel, así como los blancos y los oscuros, como el negro. La mejor opción es que utilices tonos como el rojo, el rosa, el azul o el verde.

¿Qué pasa si pierdo el pelo de las cejas y pestañas?

En el caso de que el pelo de las cejas y pestañas también se caiga, no te preocupes, no hay nada que el maquillaje no pueda arreglar.

Si vas a utilizar maquillaje, deberá de ser hipoalergénico y en medida de lo posible, con base grasa, ya que durante el tratamiento la piel, al igual que el resto del cuerpo, se vuelve más sensible.

Para las cejas solo necesitas una plantilla y un pincel biselado, y escogiendo una sombra de ojos parecida al color de la ceja que tenías, puedes ir simulándola. En cuanto a las pestañas, lo mejor es que no tratemos de aplicarnos unas postizas, debido a que el pegamento resultaría muy agresivo.

Dime, ¿te atreves?