Me voy de mi país y no sé qué me espera. Expatriados

Tienes tus maletas hechas, el camión de la mudanza se fue hace rato, una última mirada a la que fue tu casa por mucho tiempo. Se te escapa una lágrima… has sido feliz en esa casa.

Basta de torturarte, por lo menos por el momento… Ya sabes que vas a llorar la casa perdida, tus padres y los amigos que han sido familia, pero eso será más adelante.

Por otro lado, tienes mucha ilusión por el destino nuevo, ¿cómo serán tus nuevos amigos? ¡Qué excitación!, ¡qué mezcla entre ilusión y dolor!

Fuente de estrés

De la famosa lista de eventos estresantes de los psiquiatras Holmes y Rahe (1967), mudarse de país incluye varios de ellos; cambio en las condiciones de vida, cambio de residencia, cambio de actividades de ocio, de actividades sociales… está claro, cambiar de país no siempre es fácil.

A partir de la despedida y el inevitable duelo, tendremos seis meses aproximadamente de una autentica luna de miel con nuestra nueva situación, y por supuesto con nuestro nuevo país. Durante este tiempo, todo te parece maravilloso, ¡literalmente te has enamorado del país, de sus costumbres y de su comida!

Usaremos este optimismo para generar ilusión, entusiasmo y energía, y todo eso nos ayudará a planificar y a ejecutar nuestros objetivos en esta nueva etapa.

expatriación

Las 4 fases de la adaptación

Los problemas empiezan cuando esta luna de miel acaba y todas esas emociones se convierten en rutina. Y es que el ajuste cultural tiene unas fases (Oberg,1954), después de la luna de miel, vendrá la transición, seguido del ajuste, y por último la adaptación, aproximadamente un año después, una etapa donde puedes participar plena y cómodamente en la cultura anfitriona. Esto no significa que pierdas tu cultura. Simplemente la has aceptado y puedes vivir feliz en ella.

Estas fases son inevitables. De hecho, esa cantidad de adrenalina que se segrega en la luna de miel es casi insostenible por más de seis meses, exactamente igual que en el enamoramiento. Sin embargo, este bajón es frustrante para los expatriados, el cansancio cultural e incluso el enfado por pequeñas cosas que no van bien.

Quizás manejarte con el nuevo idioma no es tan fácil como pensabas, el trabajo que realizas no te encanta como habías supuesto, o tu nueva casa no te gusta tanto como en un primer momento, quizás tus hijos no se están adaptando y lo están pasando regular con la escuela, o el clima es horrible.

Y no importa lo planificado y cuidadoso que hayas sido con tu decisión, es tan enorme que siempre sentirás la imposición de que todo tiene que ser perfecto.

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10 consejos para sentirte mejor

  1. Prepárate, estudia el país, sus costumbres, el idioma y sus desafíos, su cultura…
  2. Recuerda cuando deshiciste tus maletas hace seis meses, tampoco fue fácil pero lo hiciste contento e ilusionado, recupera esa sensación.
  3. Aprovecha para formarte en aquello que siempre quisiste hacer, ¡es el momento de hacer un máster!
  4. Humor, un poco de reírte de ti mismo puede suponer un cambio importante en tu manera de ver las cosas. Acepta que no eres perfecto.
  5. Habla con otros expatriados, te darán su punto de vista. El apoyo social es muy importante para ti.
  6. Tomate un tiempo de descanso y relax. Las cosas se ven mejor cuando estas descansado.
  7. Sé realista. Seis meses no es suficiente para echar al cubo de la basura una decisión tomada tan cuidadosamente. Además, no tienes por qué estar encantada/o con toda la cultura del país que te acoge, de la misma manera que tienes derecho a echar de menos a tu país y a tu gente.
  8. Ve paso a paso, ponte pequeños objetivos que sean alcanzables y date premios.
  9. Explora tu nuevo hogar más profundamente, haz algo de turismo y recuérdate lo especial de este país.
  10. Y sobre todo, si ves que te supera la situación, ¡acude a terapia!

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Chencha García
Chencha GarcíaPsicóloga