Llega agosto y, ahora sí, empiezan las vacaciones para muchas familias. Y muchas de ellas se preguntan
Cómo conseguir que los niños obedezcan también en vacaciones
Te damos 4 ideas que funcionan muy bien para conseguir que los niños obedezcan también en vacaciones y no nos amarguen el verano.
Cuando pensábamos que por fin iba a llegar nuestro merecido descanso y a olvidarnos de los problemas del trabajo, nos damos cuenta de que empiezan otros problemas: el comportamiento de nuestros peques. ¿Qué hacer?
1. Evita los cambios bruscos en la rutinas horarias. En vacaciones no tenemos problema con los horarios porque tenemos el día entero para disfrutar. Eso hace que nos saltemos las horas habituales de comer, de acostarnos por la noche y de levantarnos por la mañana. Estos cambios repentinos nos afectan a los adultos, pero aún más a los peques de la casa. Si hay que trasnochar, tendremos que asumir que el cansancio va a afectar a nuestros peques haciendo que se comporten de un modo poco habitual en ellos: exigiendo las cosas en lugar de pedirlas, insistiendo para salirse con la suya cuando ya se le ha dado una respuesta, disminuyendo su resistencia a la frustración y haciendo que todo les parezca mal… Paciencia. Son los biorritmos. Nada que no se pueda superar con una siesta y mucha paciencia.
2. Tómate con calma las pequeñas crisis familiares. Pasar las 24 horas del día todos juntos puede hacer que aparezcan roces que no existen durante el curso escolar. Hay más ocasiones para llevarnos la contraria. Ten en cuenta que a menos rutina más opciones, y a más opciones mayor probabilidad de querer cosas distintas: quedarnos más rato jugando en la arena o tomando el sol, o marcharnos ya a comer; bajar a la playa o seguir durmiendo la siesta… No reacciones a cada mala cara. Si el niño se da cuenta de que su enfado no te altera es más fácil que se le pase antes.
3. Escucha las necesidades de los más peques. Recuerda que son las vacaciones de toda la familia. Lo más cómodo, y lo que solemos hacer casi siempre, es decidir los adultos. Pero lo cierto es que a todos, hasta a los más pequeños, nos gusta la sensación de que tenemos un cierto control sobre los planes de la familia. Preguntar de vez en cuando en lugar de asumir que éste o aquél plan «seguro que le gusta» puede hacer que se impliquen más en la actividad y participen de buen grado sin protestar. A veces, obedecer es sólo cuestión de ser el primero en querer hacer algo.
4. Ayuda a tus hijos a aceptar que los planes no simepre salen como se esperaba. Una de las mejores lecciones que puedes enseñar a tus hijos es a enfrentarse de manera adecuada a la adversidad. No tienen que pasar grandes catástrofes para aprender esto. En vacaciones muchos de los planes que hacemos no salen como eperábamos: nos pierden las maletas, hay overbooking en el avión, no había reserva en el hotel, está cerrado el parque acuático por reformas… El modo en que los adultos enfrentamos esas adversidades es imitado por nuestros hijos. Y así responderán ellos ante las «enormes» frustraciones que también les ocurren durante las vacaciones. Te proponemos que aproveches estas situaciones para jugar con ellos al «menos mal que…». Ante cualquier adversidad, tratad de encontrar respuesta a ese «menos mal que…». Por ejemplo: «No han hecho la reserva en el hotel. Menos mal que… en esta ciudad hay muchos hoteles… nos han reubicado enseguida… los asientos del coche son abatibles…)
Ningún niño quiere portarse mal o desobedecer, simplemente tienen otras prioridades cuando se les pide que hagan algo, o están demasiado cansados o alterados. Ayúdales a gestionar estas situaciones y las vacaciones irán como una seda.
¿Quieres compartir tu experiencia de estas vacaciones? ¿Se portan peor tus hijos en vacaciones? ¿Qué opinas?
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