Todo cambio consiste, explicado de una manera muy esquemática, en pasar de una situación actual a una situación deseada. Ir desde el punto en que me encuentro hoy al lugar ideal en el que quisiera estar, ya sea ese punto un lugar físico o un estado emocional.
El cambio es un viaje. Iniciamos el viaje en un punto determinado y avanzamos hacia nuestro destino. Y a medida que vamos recorriendo el camino vamos dejando atrás paisajes, personas, emociones, sueños…
Suena nostálgico, ¿verdad? Tener que desprenderme de tantas cosas para avanzar… Y aparecen las dudas: cómo sabré si cuando llegue allí, donde creo que quiero estar, no estaré añorando el lugar donde estoy hoy; cómo sabré que estoy en el camino correcto que me lleva a mi destino… Y estas dudas empiezan, sin que nos demos cuenta, a boicotear nuestro deseo de cambio.
La fuerza de voluntad
Muchas personas quieren cambiar a base de «echarle riñones» a la vida. Se empeñan en tirar hacia adelante unas veces empujados por su fuerza de voluntad y otras tirando de ella. Pero no hay cambio que perdure si hay que mantenerlo a base de renuncias. Renunciando a esos paisajes, personas, emociones y sueños que siento como pérdidas. Alguna vez has querido dejar de fumar, bajar de peso, hacer deporte… Si lo que tengo que dejar atrás lo sigo viviendo como algo que quisiera seguir teniendo (fumar, comer), el cambio significará dolor. Al igual que significará dolor si odio cada paso que doy por cambiar (correr, montar en bici).
La fuerza del hábito
Las personas somos el resultado de los hábitos que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida. Lo que ocurre es que si sigo bajo el dominio de ese hábito por miedo, o porque es más cómodo seguir como siempre que aprender cosas nuevas… No voy a poder salir nunca de mi pequeño mundo cómodo, por más que me repita lo mucho que deseo cambiar.
Otra forma de cambiar
Cuando queremos cambiar y nos falta alguno de los pilares del cambio lo único que obtenemos a cambio es sufrimiento. Para pasar de donde estoy hoy a donde quiero llegar he de avanzar por cuatro etapas, todas ellas necesarias:
1. DESEO
El cambio debe ser deseado por quien ha de cambiar. En no pocas ocasiones nos encontramos con personas que quieren cambiar porque sea un deseo propio que nace de su interior, sino porque les viene impuesto desde fuera. No importa si la imposición es real o percibida como tal por el sujeto. Lo cierto es que no se va a producir el cambio si no existe un deseo propio, interior y movilizador para ese cambio.
2. DISPOSICIÓN
Querer cambiar y estar dispuesto al cambio. No hay cambio cuando no hay disposición. Es un paso más allá de simplemente soñar que a uno le gustaría llegar a ese destino final. Implica asumir costes, aceptar posibles dificultades. Cuidado con sobrevalorar los costes que implica el cambio ya que eso puede anular nuestra disposición a cambiar. Es importante hacer una buena valoración de las aptitudes personales para enfrentar las implicaciones del cambio y, sobre todo, hacer una buena valoración de la realidad. Si tenemos tendencia a magnificar las dificultades, implícitamente estamos autosaboteando toda posibilidad de cambio.
Mantener una actitud favorable al cambio. Permanecer enfocado en los beneficios de la situación deseada. Los beneficios son la respuesta a ¿para qué el cambio? A lo largo del viaje pueden aparecen dificultades y momentos de duda. Mantenernos conectados emocionalmente con los beneficios que esperamos obtener del cambio ayuda a superar los momentos de duda.
4. CONDUCTA
Todos sabemos que un viaje de mil millas comienza con un solo paso. Pero hay que dar ese paso… y los siguientes. Querer cambiar y no «hacer» es sólo soñar. No modifica en nada nuestras vidas. O tal vez sí. Cada vez que quiero cambiar algo, cada vez que deseo llegar a mi meta pero no actúo en mi favor, cuando no hago nada por conseguir mi deseo, pierdo poder para intentarlo la siguiente vez. Hay un momento para planificar y otro momento para actuar. Si no soy capaz de dar el salto entre uno y otro mis metas parecerán cada vez más lejanas e inalcanzables.
El verdadero poder de la acción es que permite materializar los deseos y evita que la mente los convierta en sueños imposibles de alcanzar. Si quieres un cambio, Haztúa ya.
[…] No es necesario precipitarse y cambiar de carrera de un día a otro. Date un tiempo para saber si realmente esa carrera no es para ti. Quizá solo necesitas adaptarte al cambio. […]