¿Cómo superar una comida en casa de tus suegros?

Superar una comida en casa de tus suegros puede ser una tarea casi imposible. Te damos algunos trucos, con mucho sentido del humor.

Llega ese fantástico (o fatídico) día en que tu pareja te dice: cariño, mis padres nos han invitado a comer este domingo en su casa. Sorpresa, estupor, parálisis (física y mental), un sudor frío recorre nuestra espalda… Recobramos nuestro ser, volvemos en nosotras mismas y: ¿a qué hora hay que estar allí?, qué amables son, espero que pongan ensaladilla, le sale buenísima a tu madre.

Preparando la ocasión

Lo más importante cuando tenemos que preparar cualquier evento es estar en perfectas condiciones físicas y mentales. Vamos a tratar de descansar y dormir bien, sin hacer excesos la noche anterior. Ten un pensamiento antes de dormirte y otro al despertarte, el que quieras, pero que te suba el ánimo.

El día en cuestión podemos llevar flores/planta, botella de bebida (vino, cava, champan, mosto) o un postrecito, siempre al gusto de nuestros anfitriones. Debemos hacer gala de nuestra buena educación emocional, nos hace más cercanos y nos predispone a tener una vida más feliz.

Se trata de tener el poder y el control como recurso personal positivo para capacitarnos en afrontar y dominar por nosotros mismos y de manera efectiva la comida con los suegros. Tenemos una meta clara a la que queremos llegar, y podemos trabajar para conseguirlo.

comer en casa de los suegros

Llegando a destino: el momento de la comida en casa de tus suegros

Vamos a ponernos nuestra mejor sonrisa y nuestras mejores intenciones. Son los mejores complementos de los que disponemos. Y mostraremos nuestras competencias emocionales para conseguir el objetivo deseado: una velada agradable. Algunas de estas competencias son la autocrítica, el control del estrés, la autoconfianza, la paciencia (siempre tan necesaria), el autocontrol, la asertividad y la empatía, entre otras.

Muéstrate segura y confiada de ti misma. Haz autocrítica cuando creas que hay algo que no te gusta, puede que sea una interpretación tuya (no real). No respondas explosivamente a los posibles ataques que percibas (cuenta hasta 3, ó 10). El estrés es algo con lo que TÚ puedes lidiar!!!! Pero, ante todo, sé asertiva, expresa tu opinión, defiende tus derechos y sugiere alternativas respetando las opiniones y derechos de los demás, sobretodo defendiendo tú necesidad.

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Habilidades sociales que serán muy útiles para comer en casa de tus suegros

Hay otras habilidades sociales que nos van a resultar muy, pero que muy útiles. Hacer preguntas a nuestros suegros, estar interesados por lo que nos cuenten (escucha activa), con señales de haber entendido lo que nos dicen, asintiendo con la cabeza o con un: aha, claro, etc. Es importante que vean (sientan) que nos interesamos por lo que nos dicen. Vamos, como si estuviéramos hablando con una amiga, salvando las distancias, claro.

Aunque te sientas como Frodo camino a Mordor portando el anillo, ofrécete para ayudar en la cocina, a preparar la mesa, servir los platos…(recuerda que eres tú la que quiere superar la prueba). Acuérdate de dar las gracias. La gratitud es un estado afectivo positivo muy beneficioso para nuestro bienestar y nuestra felicidad, y encima mostramos nuestra cara más amable. Si hay próxima vez, recogerás los frutos.

Antes de marcharos, ten unas palabras amables (estaba todo muy bueno, lo he pasado genial-sí, genial-, ya te devolveré el tapper de las sobras) y da las gracias. Recuerda lo que dijimos hace un momento…

Cerrando el día

Ya estamos a punto de retirarnos, y seguro que has superado el día con nota. Es hora de repasar nuestro comportamiento y hacer valoración. Vamos a intentar cambiar el foco de lo que habíamos vivido hasta hoy observando lo que estaba mal, cuáles eran nuestras debilidades y lo que nos generaba malestar. Ahora vamos a observar nuestras fortalezas, virtudes y competencias, centrándonos en nuestras emociones positivas y vamos a cambiar las primeras por las segundas. Antes de dormir, céntrate en tres cosas positivas que hayas tenido y siéntete satisfecha. Mañana será otro día.

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Conclusiones

Si después de activar todos estos recursos de la psicología positiva y las habilidades sociales la comida no ha resultado ser de nuestro agrado, la próxima vez siempre podremos recurrir a alguna de las siguientes socorridas alternativas (y cuándo decirlo):

  1. Vaya, te dije que había quedado con XXX (nuestra mejor amiga) para comer, ¿ves como nunca me escuchas? (en el momento en que nos comunique la cita “suegral”)
  2. Con tono enfadado: me acaban de endosar una presentación para el lunes, y me toca trabajar todo el fin de semana!!!! (el viernes en cuanto lleguemos a casa del trabajo)
  3. Bufff, me acaba de bajar la regla, me encuentro fatal, tengo dolor de cabeza y tengo fiebre (el mismo día de la cita)
  4. Ese As que todas guardamos bajo la manga, cada una el suyo (en el momento que consideres oportuno)

Recuerda que “somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras” (Mahatma Gandhi).

Marisol Martín Argaz
Marisol Martín ArgazPsicóloga