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Tolerar la frustración en niños
De los errores también se aprende: 5 pautas para enseñar a tolerar la frustración
Tolerar la frustración en niños es uno de los aprendizajes que más les va a beneficiar en el futuro. Ya lo decía Charles Chaplin: “No debemos tener miedo a equivocarnos, hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas”.
El hecho de que muchos niños no sean capaces de aceptar y superar sus errores y la frustración derivada de estos puede dar lugar posteriormente, a problemas más graves. Por ello, es fundamental que los niños, durante el desarrollo, aprendan con ayuda de los padres o tutores a tolerar la frustración y ver los errores como nuevas oportunidades.
Pautas para enseñar a tolerar la frustración
Algunas de las pautas que nos pueden ayudar como padres a conseguir todo esto son:
Respuestas a la frustración
La respuesta más habitual ante una situación de frustración en la que el niño no consigue lo que quiere, es la rabia. Si cedemos ante las rabietas, el niño pensará que es una forma fácil de conseguir lo que quiere y estaremos favoreciendo que se dé esta respuesta de forma habitual ante situaciones posteriores parecidas.
Cambiar la forma de ver los fracasos
Generalmente, tendemos a ver los errores como algo negativo. Sin embargo, tenemos que enseñarles a ser capaces de cambiar esta perspectiva y que de toda situación de fracaso podemos obtener algo positivo, como puede ser el aprendizaje que nos brinda dicha situación.
Razona y explica
Como hemos dicho anteriormente, tendemos a ver los errores como algo negativo. Por ello, es importante que expliquemos lo que ha ocurrido y por qué y lo razonemos conjuntamente con él.
Metas realistas
Una de las posibles razones de la frustración es el establecimiento de metas poco realistas. Es por esto por lo que es necesario que, aunque eduquemos a nuestros hijos en el esfuerzo, tengamos siempre en cuenta sus capacidades y posibilidades.
Padres como modelo
Gran parte del aprendizaje de los niños, especialmente en las primeras edades, es un aprendizaje vicario, es decir, aquel que se obtiene a través de la observación de otros. Por ello, es importante que, si queremos que nuestro hijo aprenda a tolerar los errores y la frustración, nosotros seamos un ejemplo de ello, manejando correctamente las situaciones e incluso, teniendo en cuenta la edad del niño, pudiendo hacerles partícipes de la situación problema, explicándoselo y razonando nuestra actuación.
Con todo esto, sería conveniente que nos parásemos y reflexionáramos para cambiar nuestra forma de ver los errores, dejando de verlos como algo negativo y pasar a verlos como una oportunidad para el cambio. Los errores no son fracasos, significa que lo estamos intentando.
¿Qué te han parecido estas pautas? ¿Las han puesto en práctica? Si es así, ¡nos encantaría saber cómo te ha ido!
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