¿Por qué debemos hablar del Abuso Sexual en la Infancia (ASI)?

Hoy, como un día cualquiera del montón, oímos una nueva noticia que nos hiela la sangre. ¡Un pederasta abusa de una niña inocente!

Pero si tan solo han trascurrido unos días desde que un adolescente confesaba un secreto igual de horripilante. Y nos horrorizamos, claro. ¿Cómo permanecer inmune ante tanta perversidad?

Como seres humanos sensibles debemos poner el grito en el cielo ante tanta maldad. No hemos de permanecer inmóviles ante esta injusticia. Pero nuestro deber es tomar conciencia de la cruda realidad de que esas noticias son tan solo la punta del iceberg de un gran problema social envuelto en un incomprensible silencio.

¿Qué debemos saber sobre el ASI?

El Abuso Sexual en Infancia (ASI) ni es raro, ni los abusadores son solo personas “enfermas”. Organizaciones como la OMS, Colegio de la Psicología, las ONGs como Save The Children, todos coinciden en afirmar que entre 10 y 20 % de los españoles habrán sufrido abuso sexual antes de cumplir los 16 años. El 85% de estos provenían del entorno del menor. Eso significa que tan solo 15% de los perpetradores son unos desconocidos.

Las cifras del Abuso Sexual en la Infancia

¡¡¡10-20%!!! ¿Te has dado cuenta? Esto significa que, en tu aula del Insti, a punto de promocionar al Bachiller o Grado Medio, al menos tres de tus compañeras/os del pupitre habrán sufrido abusos ASI. Y probablemente dos de ellas/ellos tendrán al agresor entre sus cuidadores o lo que es peor, bajo su propio techo.

Quizás tengas sospecha de quién pudiera ser. Quizás María, tal vez Carmen, o pudiera serlo Chechu o… Espero que no seas tú. Cualquiera de nosotros podríamos haber sido esa niña o este adolescente de las noticias.

¿Por qué es tan importante tomar conciencia de ello?

Puede que en estos momentos pienses: a mí o a mi gente no les pasa, y si les pasara, me daría cuenta.

Discúlpame si te ofenden mis palabras, pero a ti te podía haber pasado y a tu gente también. Negar un problema no hace que este desaparezca. Pero sí dificulta que nos demos cuenta cuando uno de nuestros menores nos da señales de su sufrimiento. Así que, por el bien nuestro y de nuestros menores, asumamos que en nuestro entorno hay muchas probabilidades de que este horror suceda. Empecemos a fijarnos en los cambios sospechosos de conductas de los menores de tu alrededor.

Cambios que se producen en menores que sufren abusos

Abuso Sexual en la Infancia

Los cambios pueden ser:

  • en higiene personal (de repente el menor no permite ayudarse en las acciones del lavado o cambio de ropa, conductas en las que hasta ahora demandaba ayuda), y este cambio no apunta su afán por ser independiente
  • enuresis o encopresis secundaria (moja la cama o sufre de la incontinencia) acciones que ya desde hace tiempo controlaba
  • cambios en el modo de vestirse (ponerse muchas capas de ropa)
  • cambios en alimentación
  • un marcado retraimiento
  • desconfía de la gente, rehúsa estar en compañía de adultos o de extraños
  • se aísla o contrariamente muestra una simpatía hacia los extraños inusual en él/ella
  • desarrolla comportamientos agresivos con estallidos de ira cuando un adulto intenta acercarse.

Debemos revisar minuciosamente cualquier sospecha cuando el menor:

  • muestre conductas sexualizadas o conocimientos sobre el sexo que no son propios de su edad,
  • cuando verbalmente o a través de los dibujos apunte estos conocimientos.

Cualquiera de estos cambios puede significar un grito silencioso de la víctima, un reclamo de ayuda.

Conductas Sexualizadas en la Infancia: un Posible Indicador de Abuso

Al hablar de conductas sexualizadas en la infancia, nos referimos a comportamientos que reflejan una comprensión inadecuada y prematura de la sexualidad. Estas pueden ser señales de alarma frente a un posible asi abuso, por lo que es primordial estar atentos y actuar de manera informada y responsable si detectamos estas conductas en los menores.

¿Qué hacer cuando tenemos sospechas de un posible ASI (Abuso Sexual en la Infancia)?

No sientas culpa, vergüenza o miedo de alertar ante una sospecha, confía en tu intuición. Si no interrumpimos un abuso a tiempo de que hagan un daño mayor, estas son justamente las emociones que, como consecuencia de nuestra indiferencia, van a acompañar la vida de la víctima y afectarán su valioso desarrollo. Las emociones que sentimos ante la sospecha nos conectan con las emociones de la víctima que muchas veces reclama el socorro desde el silencio. No callemos porque ese silencio habla por sí solo.

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Encopresis por Abuso: Entendiendo el Impacto del ASI en la Salud Física

Es importante comprender que el impacto del ASI sexual puede trascender el ámbito emocional y psicológico, manifestándose también en problemas físicos como la encopresis por abuso. Este trastorno, caracterizado por la defecación involuntaria, puede ser una respuesta física al estrés y al trauma vividos por el menor, y requiere de una atención especializada para su adecuado tratamiento y recuperación.

¿Qué podemos hacer para prevenir el ASI?

No pretendo alarmar ni tranquilizar demasiado. Debemos encontrar un equilibrio entre tomar la conciencia y vivir en alerta constante, pero hagamos todo lo que esté en nuestras manos para prevenir a nuestros hijos, nietos, sobrinos de este peligro. No pongamos las cosas tan fáciles a los abusadores.

Te preguntaras cómo hacerlo cuando vemos a nuestros niños y niñas tan inocentes y no queremos perturbar su infancia con unos temas tan desagradables. Debemos enseñarles a cuidar la seguridad de su cuerpo, como les enseñamos a cruzar la calle.

Aquí te dejo unos consejos sobre cómo hacerlo:

  • Enseñarles cómo se llaman las partes íntimas de nuestros cuerpos para que puedan nombrarlos cuando necesiten avisarnos si alguien invade su intimidad
  • Educarles para que sepan que pueden decir un NO cuando algo no les gusta hacer, aunque sea dar un abrazo de despedida. El niño está en su derecho a despedirse de forma que no le cause malestar
  • Crear espacios de comunicación. Son momentos en los que siempre estarán escuchados y atendidos, validados y nunca culpados
  • Con toda naturalidad les hablaremos de que no deben consentir las caricias secretas o las que no les gusten
  • Que nunca permitan que otros les saquen fotografías o les hagan cosquillas o caricias en secreto. Las muestras del afecto nunca deben esconderse,
  • Hacerles distinguir entre un secreto bueno (una sorpresa de cumpleaños que además tiene caducidad) y un secreto malo que le hace sentirse mal o tiene que guardarlo siempre,
  • enseñarles su derecho a intimidad y a negarse a ser tocados sin permiso (incluso los padres o el médico debe pedir permiso para tocar sus partes íntimas),
  • que nunca acepten regalos a cambio de favores.

Busquemos ayuda, información, tomemos conciencia de la existencia del problema. Solo así venceremos.

Lo que no se habla, parece que no existe. ¡Así que hablemos, no dudemos, no callemos!

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Aniela Agata Zieba
Aniela Agata ZiebaPsicóloga en Prácticas
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