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Cómo subir la autoestima
Muchas personas no saben cómo subir la autoestima pero sí saben que necesitan hacerlo. Empiezan a saberlo cuando se dan cuenta de que sienten mal consigo mismas. De que una vez más se sienten engañadas por alguien cercano. O creen que los demás se han vuelto a aprovechar de su carácter amable…
En la consulta es frecuente encontrar personas que se sienten víctimas de los demás, de las circunstancias… Saben que ha llegado el momento de hacer las cosas de manera diferente. Acumulan malestar, sensación de, una vez más, haber reaccionado como si fueran tontas. Y al final así es como acaban siendo tratadas muchas veces.
La autoestima es nuestra tarjeta de presentación
Nuestra autoestima es la manera en la que nos presentamos ante los demás. Es nuestra tarjeta de presentación ante el mundo. Si nosotros no nos queremos demasiado a nosotros mismos, es realmente complicado que los demás nos quieran. Si nosotros no nos respetamos, los demás tampoco lo harán.
La autoestima va a determinar, en gran medida, cómo respondemos ante las cosas que nos ocurren cada día. Como digo siempre, el conflicto forma parte de la vida. Y es bueno que existan conflictos, aunque no tienen por qué ser necesariamente graves. El conflicto aparece cuando el medio nos pone a prueba y tenemos que dar una respuesta. Ése es el momento en el que nuestra autoestima responde por nosotros definiendo cómo de saludable es. Si es buena o no.
Todos venimos al mundo programados para convivir en sociedad. Eso supone que habrá ocasiones conflictivas en las que tendremos que hacer renuncias en favor del bien común. No siempre vamos a poder dejarnos llevar por nuestra necesidad o por nuestro capricho. Quien lo hace, pronto acaba viéndose solo y sin nadie con quien compartir su vida. Sería el comportamiento extremo de quien tiene una excesiva autoestima. O lo que es lo mismo, de alguien que se quiere demasiado a sí mismo.
Tener una excesiva autoestima no es tener una buena autoestima.
Tus necesidades también son importantes
¿Pero qué ocurre con esas personas que jamás se anteponen a sí mismas frente a las necesidades de los demás? Son personas que evitan el conflicto. Y la mejor manera de no entrar en discusiones con los demás es darles siempre la razón. Al menos, hacia afuera, de cara a la galería. Es el extremo contrario del caso que mencionaba antes. Alguien que piensa que cualquiera es mejor que él o ella.
Son personas que, cuando se quedan a solas con sus pensamientos se ven invadidas por pensamientos negativos sobre sí mismas. Por dentro se quedan diciéndose todo tipo de ofensas:
- «Si es que soy tonta (tonto), le tenía que haber dicho que no»
- «La culpa es mía, siempre es mi culpa, no hago nada bien»
- «Nunca tengo suerte en nada, todo me sale al revés»
- «Para qué voy a intentarlo si ya sé que no sé…»
Repetir este diálogo interno una y otra vez, es lo lo que lleva a mucha gente a desespera y acabar convencidos de que se merecen lo que les ocurre. Y el malestar va en aumento con el paso del tiempo. Nada cambia (a mejor) si no se hace nada intencionadamente para cambiarlo.
Cómo mejorar la autoestima
Si has llegado leyendo hasta aquí, sin duda este tema te interesa. Ya sea que tengas que mejorar tú o conozcas a alguien que lo necesite, te cuento algunas ideas de cómo aumentar la autoestima.
- Cuando notes que empiezas a sentir malestar, trata de escuchar tu diálogo interno. ¿Qué te estás diciendo en ese momento. Te estás hablando con dureza. Estás siendo excesivamente autoexigente. Has pasado al insulto puro y duro…? No hay ser humano en el mundo que pueda sentir emociones agradables hacia sí mismo (orgullo, satisfacción, realización…) si se habla como si fuese su peor enemigo.
- Pon en duda la creencias negativas que tienes de ti. Que lleves años diciéndote que te mereces todo lo malo que te pasa en la vida, no lo convierte en un cierto.
- Trata de encontrar la razón que te lleva a tratarte tan mal. Cuando nos comparamos con los demás y siempre perdemos, qué está pasando. Aunque sea por pura ley de probabilidades, es imposible que esto sea cierto Pero es posible que no te des cuenta de las veces que «ganas» en esa comparación.
- Cuidado con utilizar la ley del embudo en tu contra. Esto ocurre cuando tienes pudor de reconocerte tus méritos y tiendes a minimizarlos. Pero a la vez, no tienes problemas en magnificar lo que hacen bien los demás.
- Haz una lista de las creencias que tienes acerca del mundo y de cómo deberían ser las cosas. Trata de contrastar esa lista y pregúntate si también se la aplicas a los demás o sólo es válida para ti. Es lo que en psicología se conoce como creencias limitantes.
- Reuerda que cuando alguien rechaza una idea que has puesto en voz alta, no te rechaza a ti, solo a tu idea. Opinar diferente es la base la libertad de expresión. Tienes derecho a opinar lo que quieras (con respeto). Y los demás tienen derecho a no estar de acuerdo contigo (tembién con respeto) y eso no te hace menos ante los demás.
- Haz una lista de todo lo que haces bien y recuérdatela en las ocasiones en las que te atacan las dudas acerca de tu valía. Si no encuentras nada positivo sobre ti para rellenar ese listado, pídenos ayuda. Todas las personas deberían saber qué hacen muy bien y recordarlo frecuentemente. Y todas las personas, sin excepción, tienen muchas cosas que hacen muy bien.
- Baja el listón. Nadie es perfecto. Y de nadie se espera que lo sea. Si tu nivel de exigencia te está impidiendo reconocerte méritos, estás bombardeando tu bienestar. Aprender a aceptar los errores y perdonarse por ellos, es el mayor acto de amor que puedes hacer por ti.
- Trabaja un aspecto a cambiar por vez. Recuerda la pregunta tonta de «¿Cómo te comerías un elefante?» (ya, ya sé que jamás te comerías un elefante. Es sólo un «gran» ejemplo ;) La respuesta: «Filete a filete». Pues así es como tienes que trabajar el cambio que quieres conseguir en ti. Paso a paso. Y recuerda que es un proceso. Los procesos tienen momentos de subida y de bajada. Lo importante es el resultado final, no si has metido la pata alguna vez mientras trabajabas por cambiar. De hecho, siempre vamos a meter la pata. Hasta cuando hemos conseguido dominar una habilidad corremos el riesgo de hacerlo mal. Y no pasa nada.
- Valora la libertad de ser tú mismo o tu misma. Porque aquellas personas a las que admiras o envidias pueden estar atravesando su propio proceso de cambio. Acepta que eres diferente y valora tus diferencias. No todo lo que ves en las redes sociales es real. No caigas en la obligación autoimpuesta de aprentar siempre estar bien. Un mundo en el que todos fuésemos iguales sería realmente aburrido. No habría avances. Conocida una persona, conocidas todas…
Puedes equivocarte
Y no pasa nada. Si te decides a hacer un cambio, aumentar tu autoestima y mejorar la imagen que tienes de ti, recuerda que tienes derecho a no hacerlo bien. Tienes derecho a equivocarte, a tener miedo de que no funcione…
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