Alicia Martos
Alicia MartosPsicóloga

Sesgos cognitivos qué són y por qué ocurren

¿Nunca te has preguntado por qué cuando aprendes una nueva palabra de repente aparece en todos lados?

Llamamos sesgos cognitivos a aquellas estrategias de razonamiento incorrectas que utilizamos de manera intuitiva, espontánea y cotidiana. Es algo universal, es decir, todos lo hacemos y la mayoría de las veces sin darnos cuenta.

Algunos ejemplos de sesgos cognitivos

Tendemos a ordenar acontecimientos que ocurren al azar, creyendo que existe una relación entre ambos cuando no la hay. O que nosotros mismos hemos controlado un resultado que, en realidad, es incontrolable.

Una ilusión de causalidad muy común es la de que un cielo encapotado es la causa de que llueva, cuando en realidad son las condiciones meteorológicas. En la ilusión de control relacionamos nuestra propia conducta y los acontecimientos que, en realidad, son incontrolables.

A veces, hacemos generalizaciones de manera rápida y sin esfuerzo y es lo que denominamos heurísticos. El heurístico de representatividad es el que hace que un chico con aspecto «geek» creamos que es más posible que sea informático que deportista. Es la base de los estereotipos. El heurístico de disponibilidad es el que hace que creemos que sea más probable que nos toque la lotería si acabamos de ver a alguien que le ha tocado.

También cometemos errores a la hora juzgar nuestras propias acciones y la de los demás. Es el caso del error fundamental de atribución por el que creemos que nuestras conductas las explicamos por causas externas y la de los demás por causas internas. Por ejemplo, si llegamos a tarde a una reunión es porque el tren se ha retrasado, había mucho atasco, el vecino me ha entretenido, etc. Pero si es tu compañero nuevo el que llega tarde lo que primero pensaremos es que es una persona impuntual.

Por último, tenemos sesgos acerca de nosotros mismos por los que nos atribuimos a nosotros, nuestros amigos y familiares rasgos de personalidad positivos. En general, la mayoría de la población nos percibimos inteligentes y si alguien nos supera tendemos a pensar que es un genio; no reconocemos que tenemos sesgos, pero los demás sí, etc.

¿Para qué nos sirven los sesgos cognitivos?

Aunque los sesgos son equivocaciones que cometemos, en realidad nos ayudan. Si fuéramos totalmente objetivos y realistas no podríamos anticipar a largo plazo. Muchos acontecimientos en realidad son aleatorios y no podemos controlarlos. También hay ocasiones en las que tenemos que pensar rápido. Por ejemplo, decidir si una persona desconocida es peligrosa o no cuando no tenemos tiempo para conocerla a fondo.

Los sesgos relacionados con uno mismo y el optimismo se han asociado a mejores niveles de bienestar psicológico. El otro extremo de la ilusión de control es la indefensión aprendida por el que pensamos que no tenemos ningún control sobre nuestra vida y está presente en trastornos psicológicos como la depresión.

Tal vez ser optimistas no es realista, pero sí nos hace más felices, con mejor autoestima, nos mantienen motivados e incluso pueden mejorar nuestro rendimiento gracias a la profecía autocumplida.

Si quieres saber más:

Worchel, S., Cooper, J., Goethals, G.R. y Olson, J.M. (2009). Psicología Social. Madrid: Ediciones Parainfo.