Tu memoria te engaña

¿Es real todo lo que recuerdas? ¿Puedes fiarte de tu memoria? ¿Qué ocurre con los recuerdos traumáticos?

La memoria no es tan fiable como creemos

El cerebro acaba de desarrollarse a los 6 años, por lo que es en ese momento cuando empezamos a construir recuerdos más fiables y duraderos. Todos los recuerdos anteriores son fragmentos sin conexión que en realidad pueden ser algo que nos contaron, que vimos en una foto o que soñamos. Parte de lo que recordamos es en realidad fruto de nuestra invención. El cerebro crea, inventa y completa para dar coherencia al pasado, incluso para unificarlo con nuestro yo del presente y del futuro.

Pero ¿y si mi recuerdo es muy vívido y con muchos detalles?

Las investigaciones indican que no es más probable que sea real, y que normalmente recordamos mejor el sentido general de lo ocurrido que los detalles. Nuestros recuerdos son como una fotografía de ese momento, aunque en muchas ocasiones con photoshop. Interfieren algunos detalles falsos y además hay aspectos que olvidamos. Por tanto, nuestro pasado no fue como siempre pensamos, menos aún cuando se refiere a nuestros primeros años de vida. Sin embargo, aquello que recordamos, sea real o no, contribuye a construir nuestra identidad.

Es posible que si estamos experimentando una emoción muy intensa, nuestro recuerdo tenga más que ver con ese estado interior que con la realidad. A pesar de ello, nuestras memorias llevan importantes mensajes para nosotros.

“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla” (Gabriel García Márquez).

Memoria y cerebro

El hipocampo es una región del cerebro de gran importancia en la memoria ya que une los fragmentos de información que están almacenados en distintas áreas cerebrales. Recopila información visual de la escena y también auditiva, conservando las voces, el ruido o la música presentes en aquel instante. Además, recopila información de las áreas olfativas y gustativas. Asimismo, se activa al imaginar algo que no ha pasado pero puede suceder.

recuerdos

¿Qué ocurre con nuestros recuerdos traumáticos?

En ocasiones recordamos cosas que nos gustaría olvidar. Podemos evocar una y otra vez detalles perturbadores de lo sucedido, volviéndose para nosotros un recuerdo insoportable. Algunos ejemplos de estos acontecimientos abrumadores que pueden persistir en nuestra memoria son:

  • la muerte de una persona cercana
  • una situación de peligro (accidente, robo, agresión, abuso sexual, etc)
  • grandes dificultades durante la infancia en la relación con los padres o cuidadores

Precisamente por la intensa emoción que generan, en otras ocasiones podemos llegar a bloquear dichos recuerdos, sin ni siquiera ser conscientes de que ocurrieron. Esto no significa que desaparezcan. Pueden no ser accesibles de forma consciente pero pueden influir de forma inconsciente a la hora de tomar decisiones.

“La memoria parece grande por lo que muestra en recuerdos; lo es mucho más por lo que ciertamente esconde” (Niceto Alcalá-Zamora y Torres).

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¿Cómo podemos trabajar estos recuerdos traumáticos?

En 1987 la psicóloga norteamericana Francine Shapiro desarolló el EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares) al descubrir que los movimientos oculares voluntarios disminuían la intensidad de la angustia de los pensamientos negativos.

Se trata de una psicoterapia especialmente útil para el tratamiento del trauma, aunque también para otros problemas emocionales. EMDR permite acceder al recuerdo de los sucesos vitales traumáticos y reprocesarlos para conseguir una adecuada resolución. Con ello logramos una mejoría en las emociones, pensamientos y sensaciones corporales entre otras. Pero además de acceder a los recuerdos del pasado, consigue un correcto afrontamiento de las situaciones actuales y de los retos futuros.

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Elena Lacruz
Elena LacruzPsicóloga en prácticas