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Efectos del consumo de marihuana
El cannabis o más comúnmente conocido como marihuana o “maría” es una de las drogas más normalizadas y expandidas entre los jóvenes. En el último estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2018, el 33% de los jóvenes entre 14 y 18 años habían consumido marihuana alguna vez en la vida, y la edad media para empezar a consumir era antes de los 15 años.
Además, bajo el pretexto de su origen natural y el uso de la droga en ámbitos medicinales, sus consumidores abusan de ella sin ser conscientes de los riesgos y perjuicios que el consumo de esta droga puede acarrear. Varios estudios han relacionado el consumo de cannabis con el riesgo de sufrir un episodio psicótico, así como su temprana aparición (Mathew et al., 2011).
También, uno de los perjuicios del consumo de cannabis, especialmente en edades tempranas, cuando el cerebro sigue en desarrollo, merma el desarrollo del cociente intelectual (CI) así como a la larga, los consumidores muestran dificultades en atención y memoria (Meier et al., 2012).
Receptores de cannabis en el cuerpo
Nuestro cuerpo tiene un sistema conocido como endocannabinoide. Este sistema es uno de los encargados de mantener el equilibrio entre nuestro propio cuerpo y el entorno que le rodea, así como regular funciones como el apetito o el dolor o funciones cognitivas como la memoria.
Este sistema tiene dos receptores CB1 y CB2. El receptor CB1 se encuentra principalmente en el cerebro y el receptor CB2 se distribuye por todo el cuerpo humano. Estos receptores se activan únicamente con endocannabinoides y fitocannabinoides
Los endocannabinoides son moléculas que produce nuestro cuerpo y que actúan como llaves uniéndose a los receptores que serían como una cerradura. Estas moléculas activan las funciones del sistema endocannabinoide.
Pero, existen los fitocannabinoides, moléculas que imitan a los endocannabinoides y consiguen activar este sistema. Los fitocannabinoides más conocidos son el THC, componente psicoactivo de la marihuana, y el CBD, también originario de la planta de cannabis, que tiene efectos sedativos y antiinflamatorios.
Efectos perjudiciales del cannabis
Como podemos ver, el cannabis cuando se consume afecta a todo nuestro cuerpo, pero en especial al cerebro, repleto de estos receptores cannabinoides. Este sistema, como hemos mencionado anteriormente, se encarga de funciones importantes. Pero no solo eso, sino que, al tener tantos receptores para esta sustancia, no es sorpresa que pueda tener algún tipo de efecto sobre el cerebro.
Los defensores del cannabis afirman que estos efectos no son sino beneficiosos para los consumidores. Sugieren que el cannabis disminuye la ansiedad, ayuda al insomnio y además es usado en terapias médicas, especialmente el CBD.
Cabe decir que el cannabinoide más perjudicial de la marihuana es el THC ya que es un componente psicoactivo que no solo puede crear adicción, sino que afecta a las capacidades cognitivas como la memoria, puede crear ansiedad o sensación de paranoia entre otras cosas. El CBD en cambio, no tiene el componente de adicción y es el más usado en terapias médicas por sus propiedades antiinflamatorias y su inhibición del dolor.
Sin embargo, cuando se consume rara vez se consumen por separado y a pesar de los posibles beneficios que pueda tener esta planta, las consecuencias de su consumo, especialmente a largo plazo, tienen que ser tenidos en cuenta.
Una de las consecuencias más graves del consumo de cannabis puede ser el desarrollo de una psicosis tóxica o terminar sufriendo esquizofrenia.
Psicosis tóxica inducida por cannabis y esquizofrenia.
La mayor diferencia entre la psicosis tóxica y la esquizofrenia es que la psicosis tóxica puede desaparecer una vez cesa el consumo de la sustancia que lo provoca, mientras que la esquizofrenia se mantiene incluso después del cese de consumo de dicha sustancia.
La psicosis tóxica presenta los mismos síntomas que tiene la esquizofrenia como son las alucinaciones, los delirios o disminución de la expresión emotiva entre otros.
Varios estudios han demostrado que existe una asociación entre el consumo de cannabis y la esquizofrenia, pero el debate se centra en si el consumo es una causa o una consecuencia de este trastorno. En 2004, Arseneault et al., examinaron las pruebas existentes acerca de este debate y llegaron a la conclusión de que el consumo de cannabis tenía un rol causal en relación con la esquizofrenia.
Cabe remarcar que los estudios muestran que el cannabis no es capaz de provocar la esquizofrenia por si sola, tiene que haber factores predisponentes, que pueden ser tanto genéticos como sociales.
En conclusión, podemos afirmar que el consumo de cannabis es un factor de riesgo para el posterior desarrollo de una esquizofrenia, pero tiene que haber más factores presentes tanto de carácter genético como social.
Cómo gestionar el consumo de cannabis en el entorno.
Cómo hemos mencionado al principio, el cannabis es una de las drogas ilícitas más consumidas por los jóvenes, entonces es importante saber como gestionar esta situación tanto para el consumidor como para su entorno.
Lo primero y más fundamental es que el consumo no sea tabú para así poder advertir sobre los riesgos que conlleva esta droga. No solo a nivel adicción, sino el déficit que puede causar a largo plazo en la memoria o la atención. Es importante que los jóvenes sepan a que riesgos se enfrentan al consumir cannabis.
Otro consejo para gestionar el consumo de esta sustancia por parte del entorno del consumidor es tener presente la frecuencia de este consumo, y el tiempo desde que se realiza el consumo.
Al final, lo más importante es que exista comunicación entre el que consume y su entorno y así poder ayudar de la manera más eficaz.
Alina Diana esto lo deben saber los adolescentes, me gustó tu trabajo para tener conscientes los factores de riesgo Felicidades!