Conócete, vívete, disfrútate.

Al pensar en la soledad uno puede relacionarlo con una mayor reflexión de los temas que nos preocupan y, en ocasiones esto puede dar lugar a la asignación de una connotación negativa al hecho de estar solo. Sin embargo, la ausencia de compañía no es obligatoriamente sinónimo de mayor inquietud, sino que puede ayudar a conocernos mejor y estar con nosotros mismos.

Esto es lo que llamamos autoconocimiento, el camino que permite conocerse a uno mismo.

El autoconocimiento puede ayudarnos a conocernos en todos los aspectos de nuestra vida. Gracias a las experiencias pasadas y a la autoobservación, nos ayuda a tener una visión más clara de nosotros mismos, de lo que somos. Además, trabajar el autoconocimiento puede ser fundamental para ayudarnos a mejorar nuestra autoestima.

“Comenzar a conocerse a uno mismo es el primer y decisivo paso para ser creadores de nuestra vida” Michel Bennet. 

Ser amigo de la soledad

Como hemos comentado, el hecho de estar solo puede hacer que nos centremos más en nuestro interior. Esto puede dar lugar a pensamientos negativos. Por ello es muy importante saber usar la soledad, ya que puede ser una gran aliada para nuestro crecimiento personal, nos puede ayudar a ser mejores.

Conócete, vívete, disfrútate

La sociedad en la que vivimos nos vende que estar solo es algo malo, por lo que a veces hacemos muchas suposiciones. Por ejemplo, pensar que no vas a tener a alguien al lado con quien hablar, contar, creer que hay personas que pueden desaparecer de tu vida. ¿Te ha pasado alguna vez?

A pesar de estar rodeados de tanta gente, necesitamos ser queridos por alguien.

El sentimiento de pertenencia y compañía es lo que nos mueve. Es decir, muchas de las actividades que realizamos en nuestro día a día derivan un poco de estos sentimientos. Por ejemplo, ir comer a un restaurante. Normalmente cuando pensamos en comer fuera de casa, solemos pensar en hacerlo con alguien. Si nos paramos a pensar en cómo sería comer solo en un restaurante quizás nos puede resultar extraño.

Podemos pensar en otras muchas actividades que normalmente no realizamos solos porque “queda raro”. Incluso, podríamos decir que, en algunos casos, mantenemos a nuestro lado a personas que creemos que son nuestros “amigos”, pero si nos paramos a pensarlo, son personas que realmente no hemos elegido, sino que pueden estar por motivos equivocados.

Tendemos a rellenar huecos simplemente por la necesidad de tener a alguien al lado, cuando la realidad es podríamos completar esos espacios con actividades que realmente sean satisfactorias para uno mismo y sacando de nuestra vida esas creencias limitantes en relación a la soledad.

¿Cómo aprender a estar solo?

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Rompe con la idea de que estar solo es algo malo

Lo primero es romper con la idea de que la soledad es algo desfavorable. La incertidumbre y el miedo a estar solo da lugar a creencias erróneas. Al final, el ser humano es un ser social por naturaleza. Necesitamos al otro para poder vivir. Pero también nos necesitamos a nosotros mismos, ya que somos la única persona que nos va a acompañar el resto de nuestra vida. Todo esto nos indica que distanciarse de sí mismo es la verdadera soledad, lo realmente negativo.

Date el gusto de conocerte

La idea de que tienes que gastar tu tiempo libre en actividades externas como salir con tus amigos es errónea. Si te apetece quedarte en casa viendo una película, hazlo. Si te apetece ir a dar un paseo y nadie quiere acompañarte, hazlo solo. No hace falta tener al lado a alguien para pasarlo bien. Puedes disfrutar estando a solas contigo. Los momentos para ti, son los momentos que tienes para hacer lo que realmente te apetezca, teniendo toda la libertar de elección, siendo tu mismo la persona que elige, auto cuidándote.

Déjate guiar por lo que te apetece

No dejes que las creencias de la sociedad sobre que determinadas actividades deberían hacerse acompañadas te afecten. Si te apetece hacer alguna actividad y determinadas personas de tu entorno no están disponibles, hazlas. Ve al cine, disfruta de la película en soledad. Atrévete a tomarte un café o un refresco en la terraza de un bar, el cual puede ser un gran momento para aprovechar y terminar trabajo acumulado, o simplemente para leerte un libro. Viaja, visita lugares solo, te podrá ayudar a fijarte más en cada detalle y vivirás una experiencia extraordinaria. Estando siempre en compañía no vas a darte el gusto de pensar. Incluir estas actividades en tu día a día y verlas como algo normal te ayudará a lidiar con esa idea errónea de la soledad.

La soledad es una gran oportunidad que te de la vida para conocerte, vivirte y disfrutarte.  Convierte esos momentos en soledad en momentos inmemorables, ya que la nada es creadora

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Areka Jiménez
Areka JiménezPsicóloga en prácticas