Juan Carlos Jiménez García
Juan Carlos Jiménez GarcíaPsicólogo en prácticas

Amigos imaginarios

Vamos a hablar de amigos imaginarios. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es la importancia de la ficción y de la mentira en el desarrollo evolutivo. Es fácil imaginar por qué la verdad es importante. Con ella aprendemos y entendemos cómo funciona el mundo, lo que es muy valioso para nuestra supervivencia. Pero, ¿por qué la mentira es relevante para el desarrollo? ¿Por qué la mentira es adaptativa?

¿Es adaptativa la mentira?

La mentira constituye una gran ventaja en lo que se refiere a nuestra vida social. Es relevante incluso en el caso de los amigos imaginarios, en el que la mentira, además de ‘no ser verdad’, no engaña de manera efectiva a nadie.

A modo de anécdota, en una ocasión, uno de mis primos pequeños en una reunión familiar rompió un jarrón. Intentaba subirse a una estantería porque le habían quitado la consola. Exclamo asustado: ¡Yo no he sido!- Esta situación refleja la función de la mentira en nuestra vida social. Asumir la responsabilidad de ese acto supondría ser regañado por sus padres y que estos se pusieran tristes por su culpa por haber roto el jarrón. Se trata de una mentira poco efectiva pero adaptativa para el desarrollo.

¿Cómo afecta la mentira en el desarrollo evolutivo?

La mentira juega un papel relevante para el desarrollo de nuestro cerebro. Con ella se aprende que lo que uno sabe sobre sí mismo y sobre el mundo, los demás pueden no saberlo. Con lo cual, el niño descubre que la información que tiene en su haber puede manejarla a su antojo. Puede mentir a sus padres para que estos no le regañen, o a sus iguales para relacionarse con ellos. El descubrimiento de que lo que está en nuestra cabeza es inherente a nosotros mismos, por lo tanto, privado y secreto, es apasionante y nos incita a probar hasta dónde podemos llegar con esa información.

¿Por qué mentimos?

Pero, ¿Por qué mentimos? ¿En qué momento nos damos cuenta de que somos capaces de mentir? ¿A qué se debe? En gran parte esto se debe a la teoría de la mente.

“La teoría de la mente es la habilidad para comprender y predecir la conducta de otras personas, sus conocimientos, sus intenciones y sus creencias.” (Tirapu-Ustárroz, Pérez-Sayes, Erekatxo-Bilbao, y Pelegrín-Valero, 2007)

Uno de los puntos fundamentales de la teoría de la mente es que la gente tiene diferentes percepciones, emociones, creencias y deseos a los de otra persona. Estas diferencias pueden llevar a cada individuo a desenvolverse de manera diferente. Como piensan diferente, se comportan diferente.

La teoría de la mente

Entonces, el desarrollo de la teoría de la mente es tan importante para la explicación de los amigos imaginarios porque estos compañeros reflejan la manera en la que la gente se comporta o como podría ser. Sin ir más lejos, los amigos imaginarios se suelen crear entre los 2 y los 6 años, edad en la que se desarrolla la teoría de la mente.

En la lectura de Gopnik, A. (2010) Compañeros imaginarios. De cómo la ficción cuenta la verdad, encontramos muy buenos ejemplos de amigos imaginarios de todo tipo, incluso con cierto atractivo poético. Reflejan muy bien porque los pequeños de la casa son “los creadores de ficción más apasionados y entusiastas del mundo”.

En la lectura hablan de Baintor, que era invisible porque vivía en la luz, o Station Pheta, que buscaba anémonas en la playa. Pero no todos los amigos imaginarios son juguetones y simpáticos. El propio amigo imaginario del autor, Dunzer, era un personaje hostil que le causó problemas para dormir porque vivía en su cuna. Otro caso es el de Charlie Ravioli, un compañero demasiado ocupado para jugar con su amiga real, Olivia. Ésta relataba que se lo encontraba en la cafetería pero iba con mucha prisa o que le dejaba mensajes en el contestador porque no le cogía el teléfono: “Ravioli, soy Olivia, llámame, por favor”.

¿Cuándo desaparecen los amigos imaginarios?

Una peculiaridad fascinante de los amigos imaginarios es que, por lo general, desaparecen de la mente de los niños casi sin dejar rastro. Se convierten casi en una leyenda familiar que recuerdas gracias a las historias que dejan en tu familia. Y no dudarán en recordártelas cada vez que tengan oportunidad. No obstante, existen casos en los que los amigos imaginarios perduran en privado durante mucho tiempo después de abandonarlos de cara a los demás. O incluso se transfieren de hermano a hermano. En cualquier caso, se tratan de procesos normales en lo relativo a los amigos imaginarios.

Es más, cuando los niños se van haciendo mayores, sustituyen a sus amigos imaginarios por otra clase de actividad de imaginación aún más compleja, los paracosmos. Los paracosmos son sociedades imaginarias más que personas imaginarias. Son universos inventados, con su propia lengua, geografía, historias, leyendas, etc. (Gopnik, 2010)

¿Hay que preocuparse si los niños tienen amigos imaginarios?

En un artículo de Taylor y Mottweiler (2008), demostraron que los niños tienen una comprensión clara de que sus amigos imaginarios no existen, que son una fantasía. Incluso aquellos con compañeros imaginarios muy vívidos y queridos. En el mismo estudio, afirman que es sano para el desarrollo de los niños tener compañeros invisibles. No debe entenderse como algo patológico o preocupante.

Los amigos imaginarios son más frecuentes entre los hermanos mayores y los hijos únicos que entre los hermanos menores, y también entre los extrovertidos más que entre los tímidos. Los niños que ven mucho la televisión son menos dados a tener compañeros imaginarios, pero esto también se puede afirmar de los niños que leen muchos libros. Los niños inmersos en el mundo imaginario de otro parecen menos dados a crearse tal mundo ellos mismos. En efecto, se diría que es puro azar que un niño en concreto termine teniendo o no un amigo imaginario. (Gopnik, 2010)

Por otro lado, los amigos imaginarios no constituyen ningún indicio de genialidad ni tampoco de locura, como se suele creer. No son el resultado de algún tipo de angustia o de trauma, ni son precursores de ninguna patología. Algunos niños parece que utilizan a sus compañeros para solucionar ciertos problemas, sobre todo de gestión de emociones o para verbalizar sus propios problemas, pero para la mayoría simplemente constituyen una simple diversión. (Gopnik, 2010)

¿Qué hago si mi hijo tiene un amigo imaginario?

Una duda muy importante para los padres sobre todo es ¿Qué hacer con un niño que tiene un compañero imaginario?

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que no debemos cuestionar a los niños sobre la existencia de sus amigos imaginarios. Como hemos visto, en el fondo saben que no son reales. Esta confrontación o la propia negación del amigo imaginario afectarían a sus fantasías. No es conveniente cortarle las alas a una mente en pleno vuelo.

Respetar su espacio es muy importante. No debemos interferir en su fantasía. A no ser que sea el niño quien nos lo pida (por ejemplo, incluyéndonos en su juego). En su propia fantasía el niño tiene que tener la sensación de control. Es aconsejable permitir que tengan su espacio. Como ya hemos visto, no debemos preocuparnos si nuestro hijo o hija tiene un amigo imaginario. Debemos aceptarlo y respetar sus fantasías.

Lo ideal para el niño o niña es acompañarles en este bonito proceso hasta el final. Proporcionarles herramientas para que la despedida no sea dura o brusca. En cada niño, el proceso será diferente. Pero lo que es seguro es que aprenderán mucho de su amigo imaginario en cuanto a relaciones sociales. Y las historias que nos dejen estos pequeños seres inventados serán recuerdos que difícilmente olvidaremos.

Referencias

Gopnik, A. (2010). El filósofo entre pañales (pp. 61-76, Capítulo 2: Compañeros imaginarios. De cómo la ficción cuenta la verdad). Madrid: Ediciones Planeta.

Taylor, M., & Mottweiler, C. M. (2008). Imaginary Companions: Pretending They Are Real but Knowing They Are Not. American Journal of Play1(1), 47-54.

Tirapu-Ustárroz, J., Pérez-Sayes, G., Erekatxo-Bilbao, M., & Pelegrín-Valero, C. (2007). ¿Qué es la teoría de la mente?. Revista de neurología44(8), 479-489.